Orange ha creado una póliza de seguro para los móviles de sus clientes que, desde tres euros al mes, protege sus terminales con un servicio que incluye reparación o sustitución en caso de rotura o robo.
Intelectualmente siempre me ha sorprendido que el denostado seguro, ese producto que solo compramos porque “nos obligan”, que siempre tiene “letra pequeña” (mentira muy extendida que deberíamos conseguir desterrar de una vez), que intentamos sea lo más barato posible, total no sirve para nada; se convierte muchas veces el factor estratégico diferenciador.
En mi experiencia profesional como director de sucursal, varias fueron las veces en que alguna correduría buscaba negociar un producto especial para unir al de algún cliente suyo.
Es curioso, que cuando en el día a día, la mediación tenemos que “luchar” por convencer al cliente que adquiera un seguro, por su propio bien y para proteger aspectos muy importantes de su patrimonio, se tenga que convertir en una ardua labor pedagógica, presentación de varias alternativas, a la que se van recortando opciones para abaratar el precio, de repente, ese mismo directivo o dueño de empresa, cuando compra un portátil o una cámara buena y el vendedor de El Corte Ingles le ofrezca el seguro (que no tiene ni idea), esté dispuesto a hacer cola para contratarlo.
Cuantas veces me ha costado vender una póliza de consejeros y directivos de 1.200 € con una cobertura de un millón de euros a clientes que pagaban 1.900 € por el seguro todo riesgo de su coche.
¿Qué tendrán los seguros?